Dinamarca es un paraíso del bienestar y la tranquilidad. Sus paisajes sobrios, aún junto a una estética vikinga, son un reclamo para los turistas que pueden hacer vida en la calle hasta la madrugada.
Copenhague es una ciudad moderna y tranquila. Tomarse una café en una de las muchas cafeterías adornadas con velas, conocer la arquitectura característica y pasear en bicicleta por los cientos de carriles bici son algunos de los muchos planes que ofrece la capital.
Si tienes hijos pequeños, no puedes irte de Dinamarca sin visitar Legoland, en la ciudad de Billund. Esta ciudad, construida completamente con piezas de Lego, se ha convertido en una de las mayores atracciones del norte de Europa.
Las playas de la isla de Bornholm son un remanso de paz en el este del país, donde el sol broncea la arena y permite disfrutar sobre todo en el verano.
La punta más al norte de Dinamarca es conocida por los muchos pintores que llegaron en el sigo XIX a sus tierras. Allí fundaron una escuela que hoy es el conocido museo de Skagen.
Roskilde no es una ciudad cualquiera en Dinamarca, ya que fue la capital del país entre los años 960 y 1536. Por ello, merece la pena recorrer sus calles, repletas de historia danesa y vikinga, hasta encontrar su famosa catedral.
La mejor época para viajar a Dinamarca es, sin duda, entre junio y agosto, meses en los que la temperatura es cálida (entre 20 y 25 °C) y los días son más largos.
Dinamarca es un país miembro del Acuerdo de Schengen, por lo que todos los ciudadanos de la Unión Europea pueden visitarlo libremente sin necesidad de visado.
El aeropuerto de Copenhague es el de mayor importancia en Dinamarca y tiene conexión directa con ocho ciudades españolas, entre ellas, Madrid y Barcelona. Por su parte, Barcelona, Alicante, Málaga y Tenerife también tienen conexión directa con el aeropuerto de Billund gracias a Ryanair.
Si eres amante de los viajes en tren, hay conexiones desde Madrid y Barcelona hasta Copenhague, aunque ninguna es directa. La mejor opción es viajar hasta París y, desde allí, hasta la capital danesa en un trayecto que supera las 24 h.
El trayecto por carretera desde Madrid es de unos 2500 km. Para llegar a Copenhague, la mejor opción es viajar a la ciudad alemana de Puttgarden y, allí, cruzar en ferri a Rødby Sogn, a unas 2 h de la capital.
Si buscas una alternativa económica, la empresa de albergues que opera en todo Dinamarca es Danhostel. Otra elección son los Bed and Breakfast (cama y desayuno).
En Copenhague funciona el Metro, que tiene dos líneas, está abierto las 24 horas y tiene un precio por viaje de unas 24 DKK (unos 3,25 EUR). Por su parte, en otras ciudades como Aalborg u Odense, funciona el autobús público, con precios que rondan las 20 DKK (2,70 EUR).
Los trenes funcionan de manera óptima en Dinamarca y constituyen una buena elección para viajar entre las principales ciudades. Por ejemplo, un viaje de Copenhague a Aarhus ronda las 3 h de viaje y cuesta unas 350 DKK (45 EUR, más o menos), mientras que a Aalborg se tardan 4 h 15 min y cuesta unas 400 DKK (aproximadamente, 54 EUR).
Hay una gran oferta de autobuses que conectan las principales ciudades, pero, para los viajes largos dentro del país, resulta preferible decantarse por el tren, ya que los precios son muy similares.
Conducir en Dinamarca representa una alternativa recomendable, ya que las carreteras están en muy buen estado, hay numerosos puentes para unir las diferentes islas y ninguna autopista es de pago.
Los viajes nacionales en Dinamarca pasan todos por Copenhague, por lo que, si tu destino es la capital, el avión es una buena elección. Un vuelo de Copenhague a Aalborg, por ejemplo, ronda las 1100 DKK (150 EUR, aproximadamente).
El nivel de vida es alto, por lo que debes saber que cenar en un restaurante en las principales ciudades ronda las 200 DKK (27 EUR) por persona, aunque también puedes optar por comer perritos calientes en la calle a un precio de unas 30 DKK (unos 4 EUR).