El Estado de la Ciudad del Vaticano es el estado más pequeño del mundo, pero uno de los de mayor historia e interés artístico y cultural. Recorrer sus calles es sumergirse en años de historia romana, siempre ligada a la religión católica. Por ello, se ha convertido en lugar de peregrinación de millones de fieles, pero también de amantes del arte que llegan para admirar la capilla Sixtina, los museos del Vaticano o las decenas de atracciones de este territorio.
Los jardines del Vaticano ocupan un tercio del estado y constituyen uno de los mayores atractivos, por sus fuentes, sus monumentos y sus grutas. La entrada no es libre y debes realizar la visita de la mano de un guía turístico.
Con la misma entrada que para los jardines del Vaticano, se pueden visitar los museos. Estos albergan una de las mayores colecciones de arte del mundo.
Aunque se encuentran dentro de los museos del Vaticano, es necesario mencionar de una manera especial la capilla Sixtina, de Miguel Ángel. Se considera una de las mayores maravillas artísticas y es la obra icónica del Renacimiento.
La basílica de San Pedro y la plaza que la preside son la imagen principal del Vaticano y de toda Roma. En ella destaca la cúpula, obra de Miguel Ángel y continuada por Giacomo de la Porta y Domenico Fontana.
La Guardia Suiza es uno de los cuerpos militares más famosos del mundo y son los encargados de custodiar la Santa Sede. Su peculiar uniforme está inspirado en los frescos de la capilla Sixtina.
La mejor época para visitar El Vaticano es en los meses de primavera (de abril a junio) y en otoño (septiembre y octubre), tanto por la climatología como para evitar aglomeraciones.
El Vaticano no exige ningún tipo de visado a los turistas europeos, por lo que un ciudadano español puede entrar en el territorio únicamente con su tarjeta de identificación.
Aunque el Vaticano no tiene aeropuerto, puedes volar a los aeropuertos romanos de Ciampino y Fiumicino, que tienen conexión con muchas ciudades españolas. El precio de un taxi hasta la Ciudad del Vaticano desde ambos aeródromos cuesta unos 50 €.
Para ir desde España en tren hasta el Vaticano debes viajar hasta la estación de Roma Termini, aunque es necesario realizar escalas en Francia y en la ciudad de Milán. Una vez en la capital italiana, puedes aprovechar los servicios de transporte público, ya sea el tranvía o el Metro para llegar allí.
Una buena opción para viajar desde España es hacerlo por carretera, aunque debes saber que el trayecto desde Madrid dura unas veinte horas. La mejor ruta es recorrer el sur de Francia, cruzar la frontera y llegar hasta Roma pasando por Florencia. Durante el trayecto, encontrarás diferentes peajes por unos 130 €.
No hay autobuses directos desde España al Vaticano, pero se pueden realizar diferentes rutas. La más habitual es coger un bus directo entre Madrid y Milán, que cuesta 55 € y dura unas veinte horas, para después conectar con Roma en otro autobús en unas siete horas por unos 25 €.
Dentro del territorio del Vaticano, no hay alojamientos disponibles, pero puedes pasar la noche en Roma, donde existe una amplia oferta de alojamientos, ya se trate de hoteles de lujo o de hostales y albergues más económicos.
Si bien ningún transporte público se mueve dentro del Vaticano, puedes utilizar los mismos transportes públicos de Roma para llegar hasta los límites del estado. Por ejemplo, la línea A del Metro de Roma llega hasta la estación de Ottaviano-San Pietro, así como los autobuses de la líneas 62, 64 y 81 y el tranvía de la 19.
La mejor forma de recorrer el Vaticano es a pie, ya que es un estado de solo 0,44 km².
Si viajas al Vaticano, debes saber que, dentro del territorio, no hay alojamientos ni restaurantes, por lo que el gasto principal se realiza en Roma, donde un día de turismo ronda los 100 €, teniendo en cuenta el alojamiento, los pases turísticos y la comida. Por ejemplo, la entrada a los jardines y a los museos del Vaticano cuesta alrededor de 12 €.